“DETERMINACIÓN DE LA RESISTIVIDAD ELÉCTRICA Y LAS PROPIEDADES MECÁNICAS DE MORTEROS UTILIZANDO MODIFICADORES ORGÁNICOS E INORGÁNICOS”

En la industria de la construcción los morteros se han utilizado como materiales de soporte y de recubrimiento sin tener mayor fin estructural que el de unir elementos de construcción (tabicones, tabiques, block, etc.). Por tal razón, los espesores de los morteros no sobrepasan los 2 centímetros. En el desarrollo de elementos estructurales la combinación de morteros con aceros dio lugar a un material intermedio de carácter estructural el Ferro cemento. Los bajos espesores de utilización de mortero en el Ferro cemento (no mayor a 2 cm. por laminado) origina la incertidumbre de la protección al acero de refuerzo por esta pasta ya que al ser una capa delgada se promueve una rápida carbonatación de la pasta disminuyendo el pH de la matriz cementicia facilitando un avance a la corrosión del acero de refuerzo, elemento imprescindible en la composición de este material compuesto. Se ha reportado que un pH mayor a 12 protege de manera eficiente al acero de refuerzo de la corrosión tanto bacteriana como electroquímica, y se tiene determinado que a pH(s) cercanos a 10 se incrementa la velocidad de corrosión de años a meses. La facilidad de carbonatación del hidróxido de calcio componente presente en las pastas de cemento que utilizan cemento Pórtland ordinario y Cemento Pórtland puzolanico va a depender directamente del espesor de la pasta de cemento, del tipo de agregado pétreo, de la porosidad de la matriz, del porcentaje de humedad de la matriz, de la temperatura y de la facilidad de penetración del dióxido de carbono. Se sabe que el inicio de la carbonatación de la pasta es de la superficie de la capa de mortero hacia el interior, realizándose una carbonatación dependiendo de las condiciones hasta en un tiempo cercano a los 12 meses para espesores menores a un centímetro. Espesor en el cual se expone a esta condición el material de refuerzo, acero. Para elementos estructurales gruesos superiores a los 3 centímetros de separación entre la superficie y el acero, en condiciones ordinarias no originan un alto riesgo para efectos de corrosión; sin embargo, es el caso contrario para elementos estructurales que utilizan el acero como refuerzo que tienen espesores menores de la superficie al refuerzo de 5 mm